El espacio de 25 m² que alberga la despensa, la cocina y el lavadero necesitaba una renovación: los revestimientos anticuados, los armarios viejos y la circulación restringida no encajaban con el resto de la casa -la residencia ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia y tiene vistas a la naturaleza y mucha luz natural-.

Para aportar amplitud visual, sin rupturas, el estudio 4T Arquitetura, de las socias Elisa Maretti y Elisa Nicoletti, trasladó la cocina a una pared donde la campana no interfiriera en la vista. Frigorífico y congelador ganaron un nuevo espacio, permitiendo aumentar el banco de apoyo.

"Creamos un gran armario con una hornacina para guardar toda la vajilla y los objetos decorativos. En ese mismo espacio, continuando con la encimera de gres porcelánico de la cocina, hicimos una mesa auxiliar para las comidas, donde se pueden observar las vistas -externas de la naturaleza e internas de la preciosa cocina-", dicen los profesionales.

La doble ventana tragaluz, además de aportar encanto, es responsable de la iluminación natural del entorno.

"Uno de los grandes destaques es el porcelanato que utilizamos para el piso: la idea era traer la calidez y rusticidad de la madera, pero con el material apropiado para una cocina. Otro destaque es la mesada de porcelanato que se desdobla y se transforma en mesa, una solución que trae continuidad y ligereza a cualquier ambiente", concluyen los profesionales.