Cómo cuidar las gerberas
Las margaritas Gerber, también conocidas como Gerbera jamesonii Originarias de Sudáfrica, las hay de distintos tamaños -de 2 a 13 cm de diámetro- y colores -rosa, amarillo, salmón, naranja y blanco-.
Ver también: KitKat abre su primera tienda brasileña en el Shopping MorumbiExisten muchos cultivares de gerbera, criados por su color y forma de la flor (pétalos simples, dobles o múltiples). Para obtener los mejores resultados en el cuidado de la especie, elija una variedad que sea compacta, ya que los tallos de las flores serán más resistentes, y que se adapte al tamaño del jarrón o macizo de flores en el que se colocará.
Puede añadirlos a su jardín a partir de semillas, plantones o divisiones. Las semillas son el método más barato, pero deben sembrarse inmediatamente porque pierden viabilidad rápidamente tras abrirse.
Empezar a partir de plantones o plantas divididas es más fácil y puede estar seguro del tipo de flor que será. Si tiene ramas viejas, puede levantar la parte superior y dividirla a principios de primavera. Retire las hojas inferiores y vuelva a plantar.
Prosperan en lugares con pleno sol y suelo arenoso Con las semillas recién sembradas, es imprescindible un sustrato bien drenado, así como luz indirecta brillante.
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La podredumbre del cuello de la raíz es un problema común con las gerberas, causado por plantar demasiado profundo. La corona debe ser visible por encima del suelo y secarse entre cada riego.
Las plántulas también se pueden cubrir con mantillo, pero hay que procurar que éste no cubra la corona. Si vives en un clima húmedo o tienes un suelo pesado, intenta cultivarlas en macetas con buen drenaje.
Muy susceptible a las enfermedades fúngicas, aunque las variedades más antiguas son menos susceptibles, plantación y riego correcto son esenciales para su correcto desarrollo.
Asegúrese, al fijarlas al suelo, de proporcionar una separación adecuada y zonas con mucha luz. Un poco de sombra ligera en pleno verano está bien, pero sin luz directa y completa, se volverán mustios, pálidos y no producirán tantas flores.
Riegue por la mañana para que las hojas se sequen durante el día y reducir el riesgo de podredumbre y enfermedades fúngicas. Mejore el cuidado utilizando un abono líquido con micronutrientes como algas o emulsión de pescado.
Vigile si hay orugas en las hojas. Rocíe, si es necesario, con un aerosol orgánico El cultivo puede presentar algunos retos, pero es una recompensa maravillosa cuando florecen esas flores grandes y felices.
*Via JardineríaCómo
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