A nadie le gusta tumbarse en la cama y darse cuenta de que su almohada ya no es lo que era: la suavidad y el mimo con que solía abrazar su cabeza ya no están ahí. Es normal: con el tiempo y el uso, las almohadas se comprimen.

La mayoría de las veces es posible restaurarlas, ya que la causa de los problemas suele ser la humedad. Descubra cómo dar una nueva vida a sus almohadas:

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1. manualmente

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Todo lo que necesitas para que tu almohada luzca como nueva es ella y un rincón soleado.

Primero debes sujetarla por los dos extremos. Tira y aprieta la almohada con un movimiento rápido y continuo: ¡es más o menos como si estuvieras tocando un acordeón! Dale la vuelta a la almohada y repite. Los movimientos harán que circule aire entre los rellenos y los efectos son inmediatos.

Si lo desea, puede hacerlo todos los días para mantenerlos esponjosos durante más tiempo.

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Después de esponjarlos, déjalos al sol. Este paso es crucial. El calor se encargará de eliminar la humedad del interior de la almohada. Pasadas dos o tres horas, colóquelas de lado para que se seque uniformemente.

2. en la secadora

Si tienes secadora, mete en ella la almohada y una pelota de tenis, preferiblemente envueltas en un calcetín anudado o en una funda de almohada. Enciende la máquina en la posición de secado más suave y deja los objetos dentro entre 10 y 20 minutos.

Puede hacerlo una vez al mes, si lo desea, para asegurarse de que las almohadas estén siempre esponjosas.

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