Con esta premisa en mente, los arquitectos Marina Mange Grinover y Sergio Kipnis adoptaron ingeniosas soluciones para construir esta espaciosa casa de dos plantas en una parcela de apenas 5 x 30 m. Llena de luz y bien ventilada, se levantó en lugar de la antigua construcción, demolida durante las obras.de 70 m, desde donde pueden apreciar una impresionante vista de la ciudad y dejar que sus hijas disfruten del sol con seguridad. Bordeada de césped, la generosa zona de ocio familiar favorece también el confort térmico de la vivienda.

Los arquitectos se enamoraron del proyecto y se quedaron con la casa

Cuando se embarcaron en este proyecto, la intención de los arquitectos era invertir sus ahorros en un proyecto diseñado para una hipotética familia de São Paulo y luego venderlo, pero seis meses antes de que el lugar estuviera listo, se enamoraron de la casa: "Orientada hacia el interior, la construcción sumaba todas las virtudes de una casa a algunas de las ventajas de un piso, como la intimidad y la seguridad",Y además nos simplificaría la vida", dijo Marina, "sobre todo la posibilidad de vivir en una calle tranquila, donde las dos hijas podrían jugar rodeadas de la paz del barrio, y la proximidad al colegio y a la oficina de cada una de ellas. Sin duda! La pareja decidió dar rienda suelta a ese sentimiento irresistible. Incluso compraron un perro feliz, Romeo, para completar el ambiente alegreMás implicados que nunca, Sergio y Marina invirtieron mucho en carpintería: la escalera y el armario que separa el salón de la cocina son los puntos culminantes de la obra. Verticalizar la residencia, sin perder la luz, fue otro golpe maestro.