¿Por qué amarillean mis plantas?
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Véase manchas amarillas Aunque cultivar plantas se considera un pasatiempo relajante, esto no significa que no surjan problemas.
La condición que deja a sus plántulas en este estado, y que puede indicar una variedad de problemas de salud, se llama clorosis Es similar a la tos persistente en los humanos: significa que no se está bien, pero puede ser un síntoma demasiado amplio para diagnosticar la enfermedad específica.
Su causa es el resultado visible de una escasez de clorofila, el pigmento utilizado para captar la luz solar para la fotosíntesis. Como da a las hojas su color verde, su falta deja la vegetación con un tinte verde pálido, amarillo o incluso blanco amarillento.
Dado que la clorofila es clave para la capacidad de producción de alimentos de las plántulas, las que sufren clorosis son potencialmente mortales. Si sabe qué buscar, unas pocas variables sobre cómo se desarrolla la afección pueden ofrecer una sorprendente cantidad de información. Compruébalo:
1. carencia de nutrientes
Este es un motivo frecuente de clorosis. Las plantas necesitan más de una docena de nutrientes minerales para sobrevivir y todos deben proceder de sus raíces, por lo que un análisis del suelo es la mejor manera de saber lo que falta.
Un rápido vistazo a las hojas también puede aclarar la situación. Las plántulas deficientes en nutrientes presentan patrones de clorosis distintivos, como venas verdes con tejido amarillo en el centro, que aparecen primero en hojas concretas.
Algunas deficiencias hacen que las hojas más viejas amarilleen primero y en otras los rastros comienzan en el nuevo crecimiento. Esto se debe a que una planta puede mover ciertos nutrientes de hoja a hoja según los necesite.
Cuando la rama tiene cantidades bajas de algún nutriente móvil - como nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y níquel -, puede transferir el elemento de sus hojas más viejas para ayudar a su crecimiento, al menos durante un tiempo. En otras palabras, el follaje viejo se vuelve amarillo y los brotes verdes.
En cuanto a un nutriente inmóvil - como el hierro, calcio, boro, cobre, manganeso y zinc -Si una plántula se queda sin hierro, desarrollará clorosis en las ramas nuevas, mientras que las más viejas permanecerán verdes.
Una vez que hayas reducido los sospechosos a nutrientes móviles o inamovibles, busca más pistas sobre cómo se está volviendo amarilla la hoja.
Las carencias de nitrógeno y potasio aparecen en las hojas más viejas, pero mientras que la primera es relativamente uniforme en la hoja y sus nervaduras, la segunda tiende a empezar en los bordes y en los espacios entre las nervaduras.
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El color amarillento de las partes jóvenes puede indicar clorosis férrica o cálcica; la carencia de hierro se caracteriza por una uniformidad con pequeñas venas verdes.
Ver también: ¿Qué son los mantras?2. plagas
A diferencia del problema anterior, cuyos síntomas suelen distribuirse simétricamente en el tejido vegetal, las plagas tienden a desarrollarse de forma asimétrica, lo que incluye daños por insectos y manchas en las hojas, un indicio común de enfermedades fúngicas o bacterianas en la vegetación.
Pero tenemos buenas noticias. daños por insectos que provocan clorosis en las hojas afectadas, pueden contenerse de forma segura con métodos no tóxicos - como ramas repelentes de insectos, aceite de neem y Pesticidas ecológicos DIY.
Como el agua es una de las principales fuentes de supervivencia de las plántulas, muchos acaban abusando de la cantidad, lo que puede crear condiciones favorables para los hongos patógenos. Hay varias formas seguras de controlarlos, desde rotación de cultivos al p ulverización del bicarbonato sódico. Mientras tanto, empiece por controlar la humedad del suelo.
3. agua y electricidad
A riego insuficiente y excesivo Demasiada agua hace que el follaje sea blando y flácido, mientras que las hojas de las plantas deshidratadas suelen estar secas y quebradizas.
Para saber cuál de estos escenarios le pone en riesgo, fíjese en si la superficie del suelo muestra acumulación de agua y viceversa.
Ver también: Puerta corredera: la solución que aporta versatilidad a la cocina integradaCiertos tipos de suelo drenan el agua con lentitud, lo que también puede provocar que las plántulas se ahoguen. Resuélvelo cultivándolas en un bancal elevado -al estilo Hugelkultur, antigua técnica alemana- o añadiendo arena al suelo.
Las raíces dañadas y compactadas son otra causa común de clorosis, por lo que hay que darles suficiente espacio para crecer en el suelo o en un contenedor y proteger las raíces durante el trasplante.
No olvides el sol: no importa que el riego y los nutrientes estén controlados si la rama recibe poca luz solar: esto puede hacer que sus hojas caigan y se marchiten.
Muchas plantas de jardín, como los tomates y los pepinos, necesitan al menos ocho horas de luz solar al día, preferiblemente 10. El brécol y las verduras de hoja verde, en cambio, pueden sobrevivir con bastante menos luz directa al día. Pero los requisitos de iluminación varían según las especies.
*Via Abrazador de árboles
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